jueves, 18 de abril de 2013

“I partiti hanno occupato lo Stato e tutte le sue istituzioni, a partire dal governo” (Enrico Berlinguer, 1981)

“Los partidos se han apoderado del Estado y todas sus instituciones, a partir del gobierno”, lo dijo Enrico Berlinguer, secretario general del Partido Comunista Italiano (PCI), desde 1972 hasta su muerte en 1984, hablando de la degeneración de los partidos, en una entrevista concedida a La Repubblica. En estos últimos días, antes de producirse la vergonzosa elección del presidente de la República de su país (hoy, 18 de abril de 2012), el ex-ministro italiano Fabrizio Barca, militante del Partido Democrático (Pd), ha denunciado que “los partidos han ocupado el Estado, donde se vende y compra de todo: prebendas, cargos, pensiones, contratos, concesiones, y también leyes, visiones, ideas".

Leo esta mañana una frase del artículo publicado por Franci Xavier Muñoz: “¿Para cuándo una reunión al más alto nivel de los principales líderes políticos de la izquierda de este país, una reunión que sea el comienzo de algo más?” (“La izquierda a verlas venir”, http://www.nuevatribuna.es/articulo/espana/la-izquierda-a-verlas-venir/20130417100609091040.html). Es decir, aprovechar esta ocasión idónea y articular una opción política que sumara a lo más representativo de la izquierda, así como a las organizaciones y movimientos que no tienen “proyección mediática, sin apenas repercusión electoral pero, eso sí, con un trabajo militante de base convencido, comprometido y tenaz”.

Nos encontramos en un estado político, económico y social lastimoso. Mientras tanto, parte de la izquierda trata de recuperar el honor (elecciones) perdido y lo hace con el discurso de siempre: “trabajando por el bien del país”, “desde la responsabilidad”, “actuando como partido de gobierno”… Palabras inútiles que ocultan detrás un “todo tiene que continuar como está”. Política convencional, vacía de propuestas, que sobrevive desde hace más de treinta años. Otra parte de la izquierda hace tímidos intentos por acercarse a los movimientos ciudadanos – minimalismo puro -, pero siempre con el objetivo perverso de integrarlos, hacerlos suyos. Una actuación y otra nos obligan a la gente a tragar bilis continuamente. ¡Esto no es vida!

Después de los períodos de gobierno socialista (en el Gobierno central y en muchas Comunidades Autónomas), estamos padeciendo el imperio de la derecha neoliberal que ha destruido y continúa destruyendo derechos civiles, sociales y laborales. Urge una reacción inmediata. Son muchas las propuestas que llevan tiempo circulando y los ciudadanos necesitamos medidas rápidas que nos saquen de esta crisis política, social y económica en la que nadamos hundiéndonos lentamente. Se necesita una voz conjunta de la izquierda (partidos, organizaciones, movimientos ciudadanos) que grite alto y claro: ¡tenemos una idea, un sueño que cumplir, un objetivo que alcanzar!