viernes, 28 de diciembre de 2012

Escuela pública frente a reforma LOMCE

Antonio Gramsci, aquel teórico marxista en quien se conjugó el pesimismo de la inteligencia con el optimismo de la voluntad, escribió, desde la cárcel, una carta a su mujer en la que decía: “El hombre moderno debe ser una síntesis de […] el ingeniero americano, el filósofo alemán, el político francés, una recreación del hombre italiano del Renacimiento, el tipo moderno de Leonardo da Vinci, venido a ser hombre masa u hombre colectivo, pero manteniendo fuertemente su propia personalidad y originalidad individual. Como ves, poca cosa”.

La propuesta de ley de educación que circula estos días por España, como un chiste de humor negro más del ministro de turno, no es otra cosa que una muestra de que la democracia está hoy en crisis, no solo por la decadencia social existente, que ha transferido el poder a “entes” incontrolables por la soberanía popular, sino también por la ausencia de proyectos generales, definidos a largo plazo, sometidos a consenso y condicionados por la participación social permanente. Para que se concreten estos proyectos es necesario que existan ciudadanos con competencia política, capaces de pensar, elegir, controlar. Sin estos presupuestos el sufragio universal se reduce a mera apariencia, a un mercado en el que prevalecen los intereses particulares, en el cual las élites (sean del color que sean) intervienen manipuladoramente. Sin una escuela que forme ciudadanos, dotándoles de conciencia cívica y de espíritu público, la política es pura administración, los gobernantes forman una corporación y el pueblo es un niño fácilmente manejable, ingenuo y hostil.
La escuela para todos ha sido, en nuestro país, una de las grandes conquistas de finales del siglo XX. Esta escuela – a pesar de sus “modernos” detractores – ha adquirido un carácter avanzado y coherente: escuela pública, obligatoria y gratuita, unificada en sus programas básicos, con garantía de libertad de enseñanza. Su objetivo no ha sido otro que eliminar el analfabetismo social, ofrecer igualdad de oportunidades, en todos los sentidos, y progreso cultural general. La escuela (incluso la superior), con los peros que se le quiera poner, se ha democratizado en ese período.
Esta escuela pública y democrática quizá pecó por sus contenidos. Redujo progresivamente la enseñanza de la lengua y la cultura clásica, sin sustituirla por otra enseñanza renovadora de las lenguas modernas, y no reforzó el estudio de la historia, de la filosofía, de la economía, de la sociología, de la geopolítica, de la historia de la ciencia, de la geometría analítica, de la física clásica. Se construyó una escuela “más fácil”, generadora de un proletariado intelectual.
Esta incorrección curricular de la escuela pública y democrática no es lo que trata de corregir la actual pomposa propuesta de “ley orgánica de mejora de la calidad educativa” (LOMCE). La derecha, con su modelo de escuela privada y confesional, no tiene capacidad de afrontar la mejora de la escuela y no tiene interés alguno en hacerlo. No es capaz, porque ni siquiera practica los valores fundamentales que siempre le han sido propios (dios, patria y familia). No tiene interés en mejorarla, porque la escuela privada ya produce el “tipo humano” que ella – la derecha - necesita para ejercer las funciones propias del mando (eficacia, competición, beneficio) y dispone de una televisión que forma consumidores y ciudadanos gregarios.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Cinc tesis sobre la formació professional espanyola (i catalana, ves per on)


Tesi 1:
La formació professional pateix problemes interns que només es poden eliminar quan l’FP sigui veritablement emmarcada en el MEC (Marc Europeu de Qualificacions) i dotada del corresponent CEC (Certificat Europeu de Qualificació).
Tesi 2:
En introduir-se en la UE la lliure circulació de persones, s’ha de formar treballadores i treballadors per a inserir-se en el mercat de treball europeu (i, per tant, global).
Tesis 3:
L’FP serà considerada pels empresaris i per la societat en general com un instrument amb valor:
quan la seva qualitat sigui contrastable en la pràctica,
• quan el títol atorgat sigui comprensible,
• quan gaudeuxi de bona reputació, és a dir, quan legislativament s’acabi amb la dicotomia via acadèmica/via professional,
• quan formi part de la trilogia formació/recerca/innovació.
Tesi 4:
La formació professional:
• no és comprensiva, és a dir, no està destinada a tothom,
• manca d’autoritat intrínseca, és a dir, té valor compensatori, car està adreçada als menys intel·ligents,
• està considerada com un instrument de la política social (objectiu: reduir l’atur) i no pas com un instrument de la política econòmica i de la política educativa.
Tesi 5:
Una formació professional sòlida depèn d’un bon acord i col·laboració entre la política i l’economia, i entre els empresaris i els treballadors.

jueves, 22 de noviembre de 2012

De la gobernanza a la ficción democrática



En estos días, ando envuelto en dos realidades políticas diversas, pero ambas del mismo palo: las elecciones catalanas del 25 de noviembre de 2012 y las previas a las elecciones italianas de marzo de 2013. Palo uno: nacionalismo (Mas i CiU, como punta de lanza); palo dos, populismo (el auge del partido de Beppe Grillo). No se trata de un fenómeno específico catalán-italiano. Hoy, en Europa, populismo y nacionalismo crecen al amparo de la desaparición de los dispositivos que deberían garantizar la participación de la sociedad civil (principio de la gobernanza), debido al sometimiento de la política europea (y la de las diferentes nacionalidades) a las imposiciones del capitalismo financiero (democracia ficticia).

1. Entre las numerosas víctimas de la crisis actual hay un importante cadáver: la gobernanza. Palabra mágica que, en los últimos años, ha sido el referente de la Unión Europea para hablar de una forma "eficiente y socialmente avanzada" de participación democrática. Sin entrar en la bonanza del concepto y su contenido, es evidente que las virtudes adjudicadas a la gobernanza se han ido al garete.
  • En la esfera política, se adjudica a la gobernanza la capacidad de aportar mayor poder y más competencias a las autoridades regionales y municipales con el fin de aumentar su capacidad de implicación capilar en el territorio. Hoy, se coarta los poderes regionales y municipales, se reduce su capacidad de acción, se limita sus posibilidades de financiación, se establece un rígido control de arriba abajo que les imposibilita para cumplir aquella función capilar. Se sustituye la gobernanza por la denostada planificación que ahora se pone al servicio de los mercados. Todo ello con las consiguientes consecuencias para la eliminación de puestos de trabajo públicos, de derechos y servicios a la ciudadanía, y de una generalizada regresión cultural y educativa.
  • En la esfera económica, la gobernanza predica la interacción entre lo público y lo privado. No más antagonismos, no más competencia, no más separación, sino cooperación entre ambos a favor de un imparable desarrollo. De esta manera, el capital entra a formar parte de la esencia y de la naturaleza misma de la educación, la investigación, la sanidad; se invoca la eficiencia de lo privado frente a ineptitud de lo público, privatizándose la gestión del transporte, de la recogida de basuras, de las redes hídricas… La concurrencia competitiva como biblia del buen hacer. De esos polvos vienen los lodos que hoy cubren el sistema sanitario y la escuela (los cito como meros ejemplos de una lista interminable de servicios públicos), y que erosionan derechos ciudadanos. Todo ello con las consiguientes consecuencias para la eliminación de puestos de trabajo públicos (sin creación de nuevos puestos de trabajo en la esfera privada, cuando no se aprovecha para eliminar algunos de paso), de supresión de servicios a los ciudadanos y de una regresión social generalizada.
  • La gobernanza predica, asimismo, la participación de las entidades ciudadanas y de la comunidad en la gestión del territorio y de la política social. En este aspecto, poco hay para ejemplificar. En el caso español, la política estatal, de las comunidades autónomas, de las provincias y de los municipios – salvo contadas y honrosas excepciones – no ha facilitado los mecanismos para la puesta en práctica de dicha participación.
Estas tres características de la gobernanza, que debían aportar, entre otras virtudes, transparencia a la acción política pública, han servido, la mayor parte de las veces, para fomentar la corrupción. Los casos producidos en España, principalmente en las regiones y municipios levantinos, donde el clientelismo, la corrupción, el abuso de poder, se han convertido en instrumento de gobierno. Si elevamos la mirada, podemos observar en qué se ha convertido la gobernanza en España (reforma constitucional sin consultar al pueblo) y en Italia (“gobierno técnico” de Monti).

La única gobernanza que nos queda es de naturaleza financiera (la renta como principal referente de los derechos y la protección y reproducción de las castas sociales bien ubicadas) y de relaciones de fuerza (entre estados y entre sujetos sociales). Todo a mayor honra del dogma liberal-capitalista. ¿Un buen ejemplo? La propuesta de Merkel de crear un supercomisario europeo con capacidad para bloquear o dinamizar las cuentas nacionales (se entiende de los demás, es claro). En esto ha quedado la filosofía de la gobernanza: en un gobierno de las oligarquías. Las otras promesas de la gobernanza quedan ad calendas grecas (puede preguntarse a los griegos).

2.    Paralelamente, y como consecuencia, se está produciendo una centralización tecnocrática del poder (a la cual no son ajenos los partidos de la izquierda capitalista), que tiene como única finalidad implantar el despotismo financiero. Sus ejemplos más palpables los tenemos en los países del Sur de Europa, aunque no solo. En todos los países europeos (¿hay alguna excepción?), domina la naturaleza oligárquica y conservadora del poder político, prevalece la “sociedad del control” frente a la sociedad democrática.

Aunque creo que es una buena forma de participación democrática, los partidos políticos, hoy, han sido substituidos por simulacros de partido político, detrás de los cuales tan solo existen carreras políticas personales vitalicias. Políticos que se relacionan con las masas, pasivas y amorfas, únicamente cuando se producen períodos electorales. Políticos cuya independencia - y la de su organización - de los poderes financieros, industriales, comerciales, es inexistente. Políticos que han hecho suyo un único lenguaje, el lenguaje financiero, que han inculcado a la población, preocupada por los índices, la deuda pública, la marcha de los mercados, la fluctuación de la bolsa, y no por la educación, la salud, la sanidad, el empleo (soy consciente de que exagero, porque hay quien anda preocupado, pero aún son los menos, en caso contrario, todos estaríamos en la calle, siempre y a todas horas).

Y, si todo esto está sucediendo, es porque el poder político ha pasado en Europa (Unión, estados, regiones) de los parlamentos a la burocracia financiera.

El gran problema de hoy es la autonomía de la política, es decir, el gran problema es la supervivencia de la democracia. Hoy, cuando los partidos políticos se encuentran en un momento crepuscular, se precisa una acción política autónoma, fundamentada en un análisis crítico de la realidad, capaz de sostener la acción de los partidos y de los movimientos alternativos al modelo capitalista dominante. Una acción política destinada a reformar y reforzar nuestra democracia, dotándola de calidad, sacándola del anquilosamiento y del ensimismamiento. La verdadera supervivencia y revitalización de la democracia radica en escuchar y convertir en fuerza de gobierno las ideas dimanadas de la sociedad.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Excusad el desastre, pero estamos trabajando para vosotros


Si los jóvenes estudiantes preguntan públicamente ¿Qué estáis haciendo con el sistema educativo?, ¿por qué nos quitáis nuestras becas?, ¿qué habéis hecho con los comedores escolares?, solo obtienen una respuesta: botes de humo y porras, acompañadas de una cantinela “Excusad el desastre, pero estamos trabajando para vosotros, para el bien de la mayoría”.

Si los jóvenes que quieren trabajar, levantando sus brazos al cielo, preguntan ¿Dónde están los puestos de trabajo que constitucionalmente nos corresponden?, ¿dónde el salario digno? La respuesta, con pequeñas variantes, no es modificada: porras, violencia policial y botes de humo, acompañados de la misma frase “Estamos trabajando por el futuro del país, por el bien de la mayoría”

Si los trabajadores preguntan en las calles ¿Por qué continuáis bajándonos los salarios?, ¿qué se ha hecho de los convenios colectivos?, la respuesta se repite con otras variantes: carga policial y porrazos, y la consabida “Estamos trabajando para vosotros, para el bien de la mayoría, porque hasta ahora habéis vivido por encima de vuestras posibilidades”.

Si los profesionales de la enseñanza, de la medicina y de la salud se manifiestan y preguntan ¿Qué estáis haciendo con la escuela pública?, ¿a dónde la lleváis? ¿Qué se ha hecho con el derecho universal a la sanidad y la salud?, ¿dónde están los centros de atención especializados?, ¿qué estáis haciendo con el derecho de la mujer a decidir sobre su embarazo? Todos ellos obtienen la misma respuesta: porrazos, botes de humo y cargas policiales, y la misma frase “Excusad el desastre, pero estamos trabajando para vosotros, para el bien de la mayoría”.

Pensemos en cualquier otro sector de la vida social y económica y comprobaremos que la respuesta es siempre la misma: los mismos palos y la misma cantinela. Todo ello, bendecido con el agua sagrada de la iglesia católica, de los padres de la Unión Europea, de la sacrosanta CEOE, de los redimidos banqueros, de los “medios” domesticados. Los pilares fundamentales de nuestra idiosincrasia.

Y qué importa si a todos los que preguntan y se quejan les hace un poco daño, “después sucederá el milagro”, palabra de frau Merkel y de Mariano el Acólito. Mientras, los vampiros de la economía y los serviles medios de comunicación les dan sabios consejos: “Quitaos de la cabeza esa pamema de la lucha de clases. Es un concepto viejo, superado, inútil, peligroso, contraproducente”. Lo que, dicho de otra manera, viene a significar: abandonad toda ilusión.

Sin embargo, aún queda la esperanza en las calles y en las plazas. Frente al “estamos trabajando para vosotros”, aún queda la esperanza de la lucha. Frente a la muerte que nos imponen, queda la vida que vamos a reconquistar.

martes, 16 de octubre de 2012

Proposo... (davant de les eleccions al Parlament de Catalunya, 2012)

A Catalunya, tornem a les urnes. L’esquerra – la del capital i l’altra – continua dividida. Em proposo crear un grup de pressió, semblant als existents a Holanda, França i Itàlia, disposat a dir-li a l’esquerra quines són les coses innegociables que han de portar al seu programa electoral i que han de mantenir-ne després al govern o a l’oposició. Per tal de formar part d’aquest grup de pressió, només cal adreçar un correu a grupdepressio@gmail.com, tot manifestant la voluntat d’integrar-s’hi.
Aquest no és pas un programa polític sistemàtic. Aquestes són les idees fonamentals que concreten allò que considero un ideari d’esquerres. Algunes han estat exposades anteriorment en aquest blog, d’altres són incorporades ara. Tracto de resumir allò que dia rere dia manifestem, en petits comitès o al carrer, persones que volem canviar aquest país que va a la deriva.

Proposo una Europa dels ciutadans i no dels tecnòcrates: una Europa on les persones puguin escollir amb el seu vot un parlament i un govern europeu sobirà. Una Europa en la qual tots i cada un dels seus ciutadans tingui els drets socials fo-namentals garantits. Una Europa capaç de tallar les ungles als financers, de posar fi a l’especulació, de taxar les transaccions financeres i de regular els mercats.
Proposo una Catalunya amb zero precarietat. És a dir, eliminació dels contractes laborals precaris i un salari més elevat per als treballadors voluntàriament tem-porers. Indemnització per desocupació, malaltia, maternitat i paternitat, tant en el treball depenent com en l’autònom.
Proposo la defensa del federalisme com a forma d’articulació de l’Estat espanyol i del republicanisme com a forma de govern; federalisme fonamentat en la solidaritat amb la resta de pobles espanyols; republicanisme basat en la radicalitat democràtica i en la radicalitat social.
Proposo un sistema fiscal català, basat en el principi de la justícia social, que detregui al més rics, als rendiments del capital i als especulars financers, els recur-sos per fer arribar a tothom els drets socials i per dur a terme les inversions neces-sàries en un nou sistema productiu que ens porti a la sortida de la crisi. Proposo sancions per els beneficis procedents de paradisos fiscals, presó i confiscació de béns dels que evadeixen, sortida a la superfície de l’economia submergida, presó i confiscació dels béns indegudament acumulats pels polítics. Proposo la creació d’un grup bancari públic i d’institucions financeres públiques que orientin els beneficis cap a la política social, i la despesa i inversió útils.
Proposo un país on la defensa del territori i del mediambient se situïn abans que la construcció de grans infraestructures: protecció del sòl, transport públic, reciclatge i reutilització de residus, energies renovables.
Proposo un Govern i una societat laics i l’expansió dels drets civils per a tothom i en les mateixes condicions: extensió de tots els drets civils a totes i cadascuna de les persones, sense distinció d’edat, gènere, origen, procedència, orientació sexual, inclosos el matrimoni i l’adopció; dret a morir dignament; procre-ació assistida; creació de penes alternatives a la presó; drets fonamentals per a totes les persones immigrades per un o altre motiu; cancel•lació dels privilegis de l’església catòlica.
Proposo un rentat i un canvi de cara de la política: una llei que garanteixi la llibertat interna als partits; unes lleis i normes fèrries sobre el finançament dels partits, amb límits estrictes; eliminació de la immunitat dels polítics; salaris normals, sotmesos a taxes i contribucions, per als representants del poble; una llei electoral que sancioni les llistes obertes.
Proposo una llei sobre el conflicte d’interessos que impedeixi la connivència entre poders polítics, mitjans de comunicació i poders econòmics. Proposo una in-formació lliure, que els màxims responsables de tots els mitjans de comunicació públics siguin seleccionats entre reconeguts professionals independents i elegits pel Parlament; internet reconegut com a dret fonamental estatutàriament i llei sobre els drets dels seus usuaris; digitalització total de la burocràcia; transparència en les webs públiques.
Proposo una justícia veritablement igual per a tothom, confiscació dels béns del condemnats i durant els processos judicials on es prevegin possibles conseqüències econòmiques; confiscació del béns dels condemnats per delictes contra l’administració pública; legislació severa contra la corrupció.
Proposo un ensenyament laic i lliure a tots els seus nivells, una escola pública laica; una escola oberta a temps complet; eliminació de tot tipus de finançament de l’escola privada; elevació del dret a l’estudi (menjadors, borses d’estudi, beques, transport...); recuperació i elevació dels nivells de la recerca, investigació i innova-ció, universitària o no.
Proposo una sanitat universal i humana, que garanteixi que la salut és el primer dret i un factor de benestar i creixement, abans de considerar-la un cost; reducció dràstica i peremptòria de tot tipus de llistes d’espera.
Proposo un sistema de gestió de l’economia basat en la creació d’activitat i ocupació, un desenvolupament econòmic fundat en els recursos naturals, l’ecologia, la preservació de l’entorn, el desenvolupament de les capacitats humanes, el respecte a la diversitat cultural, la utilitat social de les activitats econòmiques i la producció; creació d’un entorn de servei públic que asseguri a tothom l’accés als béns comuns i protegeixi els recursos naturals vitals, tot retornant a l’administració pública la gestió de l’aigua, de la llum, dels transports, dels sistemes de comunicació virtual; foment d’una política agrària que permeti la sobirania alimentària, que no penalitzi al consumidor final, que controli els instruments, els mecanismes i la intermediació de la distribució.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

La LOMCE y otras lindezas en el campo de la educación

No teníamos necesidad de un meteorólogo para saber la tormenta que se nos venía encima: el nombramiento de Juan Ignacio Wert como Ministro de Educación presagiaba truenos, relámpagos, ventiscas y todo tipo de fenómenos atmosféricos adversos. Quien, durante los últimos años, ha tenido la paciencia de escucharle en su entretenimiento remunerado como tertuliano quintacolumnista radiofónico ya podía vaticinar el futuro educativo que espera, y desesperará, a este país.

Antes de continuar con mis breves reflexiones, recomiendo la lectura de la entrada publicada por Mariano Fernández Enguita en su blog, donde ofrece una visión pedagógico-educativa, sociológica y comparada sobre la LOMCE (proyecto de Ley Orgánica para la mejora de la Calidad Educativa)
http://enguita.blogspot.com.es/2012/09/adonde-quiere-devolvernos-wert.html

Las propuestas de Wert, y no olvidemos, por tanto, que del Partido Popular, se mueven entre la idea del rendimiento capitalista y el control biopolítico: imposición de formas de jerarquización y autoritarismo justificadas por las “exigencias de la mejora de la calidad”. División y segmentación de la producción cognitiva, a través de la división entre formación “de liceo” y profesionalizadora, llevada a cabo mediante la reordenación de los cursos de los diferentes ciclos y reforzada por la creación de formas cada vez más invasivas de privatización de la educación, desde el parvulario a la enseñanza media, con la, cada vez mayor, presencia de los principio y dogmas del nacionalcatolicismo.

Por medio de la LOMCE y de otras imposiciones normativas y “resolutivas”, el partido gobernante, y Wert como brazo armado – no oculto mi animadversión por este espécimen humano, la misma que él demuestra con la parte menos económicamente pudiente de la sociedad española -, lleva a cabo un ataque y devastación de la educación, en general, y de la escuela pública en particular. Este ataque no es casual y extemporáneo. Se quiere hacer daño a la única institución que juega un papel de cohesión y socialización. El asalto a la escuela tiene como objetivo minar su capacidad de generar ciudadanos activos, capaces de ejercer de manera autónoma el derecho a pensar libremente y la crítica social.

La escuela pública se configura, en primer lugar, como un bien común, con capacidad de interacción social. Aquel bien común que definía Maquivelo (Discursos sobre la primera década de Tito Livio, 1513-1520) como el bien que comprende “no solo la tierra, de la que todos disfrutamos, sino también el lenguaje que creamos entre todos, las prácticas sociales que generamos y las formas de sociabilidad que definen nuestra manera de comportarnos”. La escuela manifiesta por medio de sus actores un potencial cooperativo – tal vez algo narcisista -, una dimensión de la socialización. Con estos componentes de la escuela quiere acabar la imposición legislativa wertziana (conjunción de Werz y berza). La LOMCE y el resto de perlas salidas de su mente quieren finiquitar con el derecho constitucional al aprendizaje, al saber, al desarrollo de la capacidad de aprender a aprender, en el fondo, a una vida digna de ser vivida.

domingo, 10 de junio de 2012

De la formación dual y de la falta de un sistema articulado formación-trabajo-formación


Las autoridades políticas de este país padecen el síndrome ADHD (atención dispersa, hiperactividad e impulsividad). Han prometido hacer todo lo que sea necesario para salvarnos y se han lanzado frenéticamente a legislar por activa y por pasiva. El problema es que, toquen el tema que toquen, lo hacen sin ton ni son, dando palos de ciego, cogiendo las cosas con alfileres... En fin, con resultados de chichinabo. Lo último que ha llegado a mis manos son dos borradores de reales decretos:
-         “Borrador del Real Decreto por el que se modifica el Real Decreto 34/2008, de 18 de enero, por el que se regulan los certificados de profesionalidad y los reales decretos por los que se establecen certificados de profesionalidad dictados en su aplicación”.
-         “Proyecto de Real Decreto ____/2012, de ___ de ______, por el que se desarrolla el contrato para la formación y el aprendizaje y se establecen las bases de la formación profesional dual”.
Existe un acuerdo generalizado sobre que nuestra sociedad y nuestra economía necesitan una articulación ordenada, integral e integrada del sistema de formación y de la relación de éste con la profesionalidad. Está claro que no puede continuar la actual situación, algo esquizofrénica, de enfrentamiento entre lo laboral y lo formativo: la formación profesional, en sus diferentes tipologías, ha de cumplir un objetivo económico y también un objetivo social. Y ello sólo será posible si permite la continuidad formativa a lo largo de la vida y no se convierte en un callejón sin salida. Sin embargo, a la hora de buscar soluciones, parece que nadie encuentra el camino adecuado. Los dos borradores citados anteriormente son un ejemplo más del desconcierto de los gestores políticos.
Por otro lado, nuestros redactores de legislación y nuestros legisladores padecen papanatismo agudo. Piensan que, copiando el nombre de una cosa, esta goza de los valores que se le suponen al original. Voy a intentar reflexionar sobre el segundo de los borradores citados, el referente a la formación dual.

1.    Recientemente, he escrito sobre el experimento con gaseosa que la Generalitat de Cataluña va a poner en marcha en relación con la implantación limitada del sistema dual (http://emiliopalacios.blogspot.com.es/2012/05/el-sistema-dual-de-formacio_30.html) y en anteriores ocasiones manifesté mis dudas y peros sobre la validez actual de dicho sistema en el caso concreto de su aplicación en Alemania (http://emiliopalacios.blogspot.com.es/2011/06/jovenes-trabajo-y-formacion-en.html y http://emiliopalacios.blogspot.com.es/2011/08/la-rumba-de-la-fp.html).
Creo que el Gobierno del Reino de España, en el proyecto de real decreto (PRD, en adelante) en el que se establecen las bases de la formación profesional dual, aunque habla de sistema y marca pautas, criterios y principios, también plantea un experimento y no se propone implantar un sistema. La lectura del PRD nos hace deducirlo: “establecer el marco para el desarrollo de proyectos de formación profesional dual en el sistema educativo”, “los proyectos irán dirigidos fundamentalmente a los ciclos formativos de formación profesional que tradicionalmente se han acercado a esta modalidad de formación con empresas del sector” (y cita algunas), “los proyectos se llevarán a cabo en centros educativos que dispongan de entornos productivos que reúnan requisitos idóneos para su aplicación”… No se trata de un sistema sino de un “proyecto”, es decir, un plan, una intención o un pensamiento.

2.    Si el PRD utilizar gaseosa para rebajar la calidad del producto que ofrece también recurre a ella para endulzar la vida del empresariado, pues las bases para implantar el sistema de formación profesional dual son una perita en dulce para aquél:  
  •     “Las empresas podrán financiarse el coste de la formación inherente al contrato mediante bonificaciones en las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social, con cargo a la partida prevista en el presupuesto del Servicio Público de Empleo Estatal para la financiación de las bonificaciones en las cotizaciones de la Seguridad Social acogidas a medidas de fomento de empleo por contratación laboral” (art. 26,1). Es decir, la formación de los trabajadores sigue siendo gratuita para la empresa. La consideración de la formación como una inversión es una mera utopía. Ya que nuestros gobernantes, los de aquí, allá y acullá, son tan admiradores del sistema dual alemán, podrían copiarlo al pie de la letra: la inversión en formación dual es 90% a cargo de la empresa y 10% a cargo de la Administración pública.
  •             Las subvenciones para la formación dual “serán otorgadas por concesión directa” (art. 26, 2). El Gobierno dice: usted pida, nosotros le damos y después haga lo que quiera. Todo control se fía a la Inspección educativa que “realizará el seguimiento del desarrollo de los programas de formación tanto en el centro educativo como en la empresa”. ¿Inspección qué? ¡Venga ya, un poco de seriedad!
  •            La formación dual que se propone es cosa de dos: centro educativo y empresa, empresariado y poder público. Los “incómodos” sindicatos quedan fuera. No participan en la planificación del sistema, en la programación de la oferta formativa, en la evaluación de resultados, en el control de la aplicación de las subvenciones, en la sistematización de los convenios entre empresa y Administración, en la distribución de los horarios de formación y trabajo… La formación dual no es parte de la negociación colectiva. 

3.    A estos beneficios empresariales, hay que añadir otro que supone un gran detrimento para la persona formada en el sistema dual. Una vez finalizado el período de formación, el empresario no tiene ninguna obligación de contratar a la persona formada, ni por un período mínimo. Si te he visto, no me acuerdo. Que pase el siguiente o la siguiente. El sistema va a permitir formar a una persona en un (único) certificado de profesionalidad y en relación con un (único) puesto de trabajo. Ello tiene, entre otras, dos consecuencias: la positiva es, también en este caso, para la empresa, que ha seleccionado al trabajador-alumno y dispone de una persona formada con un importante grado de adaptación a un puesto, amoldada a una cultura de empresa. Acabado el período formativo no hay ninguna obligación de contratación, pero sí que se dispone de una mano de obra preparada para aquello concreto que la empresa pueda necesitar, cuando considere que lo necesita y sometida a unas condiciones laborales y económicas también diseñadas a medida de los intereses de la empresa. La consecuencia negativa es siempre para el trabajador-alumno que ve cercenada su capacidad de adaptación a puestos de trabajo y entornos laborales diferentes, además de que, una vez acabado el período formativo, habrá de salir a la búsqueda de trabajo como uno más. Es decir, el valor añadido que debe aportar toda formación, en lo que a saberes, capacidades y competencias se refiere, será minimalista, sólo para un único puesto de trabajo y, tal vez, para una única empresa.
4.    Algunas otras observaciones y preguntas, aunque no sean todas las posibles:
  •       El PRD no deja nada clara la diferencia entre sistema dual (eje, la empresa) y sistema en alternancia (eje, el centro de formación).
  •            “Los mecanismos de gestión, especialmente los que afectan a la formación dual del sistema educativo son confusos. Por lo que manifiesta el decreto, la base jurídica son los artículos 39.6, 41.2 y la disposición final 6ª, reguladores de la formación en centros de trabajo, por tanto, la base legal es muy débil: acreditación de profesorado de empresa, de instalaciones,…” (Francisco Miranda, en correspondencia privada).
  •             El sistema dual se plantea sometido al sistema educativo.
  •            ¿Cuál es el régimen que regula el acceso al sistema dual?
  •             En relación con el programa formativo, ¿qué quiere decir y cómo se articula eso de la formación “impartida en el centro educativo conjuntamente por los expertos de la empresa y el profesorado del centro” y “en la empresa impartida conjuntamente por los expertos de la empresa y el profesorado del centro” (art. 29,1)?
  •             La orientación personal y profesional, si exceptuamos la destinada a los aspectos meramente mecánicos e instrumentales del sistema dual, brilla por su ausencia en el PRD.
  •            ¿Quién, cómo, dónde, cuándo, serán formados didáctica y metodológicamente los formadores de la empresa? ¿Quién, cómo, dónde, cuándo, serán formados los formadores del centro de formación sobre la cultura de empresa y sobre los derechos laborales de los trabajadores-alumnos?