viernes, 28 de diciembre de 2012

Escuela pública frente a reforma LOMCE

Antonio Gramsci, aquel teórico marxista en quien se conjugó el pesimismo de la inteligencia con el optimismo de la voluntad, escribió, desde la cárcel, una carta a su mujer en la que decía: “El hombre moderno debe ser una síntesis de […] el ingeniero americano, el filósofo alemán, el político francés, una recreación del hombre italiano del Renacimiento, el tipo moderno de Leonardo da Vinci, venido a ser hombre masa u hombre colectivo, pero manteniendo fuertemente su propia personalidad y originalidad individual. Como ves, poca cosa”.

La propuesta de ley de educación que circula estos días por España, como un chiste de humor negro más del ministro de turno, no es otra cosa que una muestra de que la democracia está hoy en crisis, no solo por la decadencia social existente, que ha transferido el poder a “entes” incontrolables por la soberanía popular, sino también por la ausencia de proyectos generales, definidos a largo plazo, sometidos a consenso y condicionados por la participación social permanente. Para que se concreten estos proyectos es necesario que existan ciudadanos con competencia política, capaces de pensar, elegir, controlar. Sin estos presupuestos el sufragio universal se reduce a mera apariencia, a un mercado en el que prevalecen los intereses particulares, en el cual las élites (sean del color que sean) intervienen manipuladoramente. Sin una escuela que forme ciudadanos, dotándoles de conciencia cívica y de espíritu público, la política es pura administración, los gobernantes forman una corporación y el pueblo es un niño fácilmente manejable, ingenuo y hostil.
La escuela para todos ha sido, en nuestro país, una de las grandes conquistas de finales del siglo XX. Esta escuela – a pesar de sus “modernos” detractores – ha adquirido un carácter avanzado y coherente: escuela pública, obligatoria y gratuita, unificada en sus programas básicos, con garantía de libertad de enseñanza. Su objetivo no ha sido otro que eliminar el analfabetismo social, ofrecer igualdad de oportunidades, en todos los sentidos, y progreso cultural general. La escuela (incluso la superior), con los peros que se le quiera poner, se ha democratizado en ese período.
Esta escuela pública y democrática quizá pecó por sus contenidos. Redujo progresivamente la enseñanza de la lengua y la cultura clásica, sin sustituirla por otra enseñanza renovadora de las lenguas modernas, y no reforzó el estudio de la historia, de la filosofía, de la economía, de la sociología, de la geopolítica, de la historia de la ciencia, de la geometría analítica, de la física clásica. Se construyó una escuela “más fácil”, generadora de un proletariado intelectual.
Esta incorrección curricular de la escuela pública y democrática no es lo que trata de corregir la actual pomposa propuesta de “ley orgánica de mejora de la calidad educativa” (LOMCE). La derecha, con su modelo de escuela privada y confesional, no tiene capacidad de afrontar la mejora de la escuela y no tiene interés alguno en hacerlo. No es capaz, porque ni siquiera practica los valores fundamentales que siempre le han sido propios (dios, patria y familia). No tiene interés en mejorarla, porque la escuela privada ya produce el “tipo humano” que ella – la derecha - necesita para ejercer las funciones propias del mando (eficacia, competición, beneficio) y dispone de una televisión que forma consumidores y ciudadanos gregarios.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Cinc tesis sobre la formació professional espanyola (i catalana, ves per on)


Tesi 1:
La formació professional pateix problemes interns que només es poden eliminar quan l’FP sigui veritablement emmarcada en el MEC (Marc Europeu de Qualificacions) i dotada del corresponent CEC (Certificat Europeu de Qualificació).
Tesi 2:
En introduir-se en la UE la lliure circulació de persones, s’ha de formar treballadores i treballadors per a inserir-se en el mercat de treball europeu (i, per tant, global).
Tesis 3:
L’FP serà considerada pels empresaris i per la societat en general com un instrument amb valor:
quan la seva qualitat sigui contrastable en la pràctica,
• quan el títol atorgat sigui comprensible,
• quan gaudeuxi de bona reputació, és a dir, quan legislativament s’acabi amb la dicotomia via acadèmica/via professional,
• quan formi part de la trilogia formació/recerca/innovació.
Tesi 4:
La formació professional:
• no és comprensiva, és a dir, no està destinada a tothom,
• manca d’autoritat intrínseca, és a dir, té valor compensatori, car està adreçada als menys intel·ligents,
• està considerada com un instrument de la política social (objectiu: reduir l’atur) i no pas com un instrument de la política econòmica i de la política educativa.
Tesi 5:
Una formació professional sòlida depèn d’un bon acord i col·laboració entre la política i l’economia, i entre els empresaris i els treballadors.