sábado, 12 de noviembre de 2011

Aviso preventivo

Supongamos que, como todos los vaticinios dan por hecho, el partido popular gana las próximas elecciones. Pues bien, aviso preventivamente que dicho partido no solucionará ninguno de los problemas a los que nos enfrentamos actualmente, ni los que quedan por venir. Es más, aumentará nuestras angustias.

El partido popular hará el trabajo sucio a las órdenes del Banco Central europeo (es decir, de Ángela Merkel) y del Fondo Monetario Internacional. El partido popular no salvará la patria – esa con la que se llena la boca -; será el verdugo de la gente pobre, de la gente con hipoteca, de los pensionistas y de los parados; será el liquidador de derechos civiles e incluso de derechos humanos; será el facilitador (aún más) del despido libre y del trabajo al servicio de lo público... El partido popular propulsará hacia el infinito a los privilegiados sociales y económicos. La clase financiera, esa que ha provocado la vorágine en la que estamos metidos, será su principal sustento. Y recibirá todas las bendiciones de una iglesia católica que siempre aspira a transformar la democracia en una plutocracia confesional.

Aviso preventivamente que, ante el panorama que se avecina después de las elecciones, sólo hay una vía de salvación: que la izquierda (un amigo dice que me obstino en llamarla izquierda por padecer un permanente lapsus freudiano) se articule y presente una alternativa única: un plan de acción basado en la defensa de la ética y de lo público; un plan de acción en el que impere el trabajo como principal valor económico y social. [Evidentemente, mejor después de haberse purgado por los errores cometidos].