Es el
objetivo de muchos de ellos, aunque la noticia venga de la masacrada Grecia. El Centro de
Planificación y Estudios Económicos (Κέντρο Προγραμματισμού και Οικονομικών Ερευνών, KEPE
http://www.kepe.gr/index.html, dependiente
del Ministerio de Desarrollo Regional) ha propuesto, “para reducir el desempleo
juvenil” que las empresas puedan tener trabajando a jóvenes desempleados, de
hasta 24 años, sin la obligación de pagarles un sueldo durante un año. Además,
afirma que, el tener las empresas mano de obra gratuita, sería un autoincentivo
para la contratación de empleados entre los más jóvenes. Ítem más, el KEPE
también ha propuesto la "exportación" de jóvenes en paro, porque en
la actualidad las empresas “no parecen ser capaces de absorber el creciente
número de jóvenes griegos en busca de trabajo”. [http://greece.greekreporter.com/2014/01/24/controversial-proposal-for-tackling-unemployment/]
La tasa
de desempleo juvenil griega es del 57,2% y la de larga
duración alcanza el 71%. Ante este panorama, la KEPE propone “medidas
razonables” (sic) que, sin embargo, tienen
como única finalidad introducir, como normal, el trabajo gratuito sin que el
patrón tenga ni siquiera la obligación de dar alimento y cobijo al joven
trabajador. Los esclavos estaban mejor, pues al menos tenían estos derechos.
También los nazis usaron mano de obra forzosa “rastrillada” de todos los países
que ocuparon militarmente y prisioneros de guerra o personas confinadas en campos
de concentración por motivos raciales o políticos. Estos
también tenían “alojamiento”.
Los
argumentos de KEPE son altamente convincentes. Considera
que la inversión hecha en formar a los jóvenes desempleados y a los mayores
parados de larga duración es un despilfarro: “el capital humano se disipa”. A
su parecer, lo que el joven o la persona mayor han aprendido en la escuela o en
el trabajo termina por perder valor, se olvida por falta de uso, “como los
músculos de un atleta después de una lesión”. Por ello, la mejor solución es el
trabajo gratuito hasta que se produzca la recuperación económica. Los jóvenes
han de tener esta esperanza, porque entonces, cuando se produzca el m ilagro,
las empresas “pueden decidir contratarles de forma permanente o, al menos,
pagándoles algo”. Al distinguido centro de planificación y estudios le ha
faltado decir: “y echándoles algo de comer”.
Para
redondear su propuesta, el KEPE dice también que el gobierno “debería alentar a
los jóvenes griegos a emigrar y buscar trabajo en el extranjero, especialmente
en Europa del norte y el este, donde hay demanda de trabajadores”.
En fin, hay el
peligro de que otros jóvenes y mayores desempleados europeos entren en el mismo
paquete. Cada vez queda menos, aunque, en España, ya se ha iniciado el proceso
con las leyes laborales actualmente vigentes, con la “movilidad exterior”,
auspiciada por la señora Báñez, y con las teorías sobre el “modelo de
relaciones laborales” defendidas por sesudas cabezas pensantes (FEDEA, Federido
Durán y adláteres).