Finalmente, la “frau” Ángela ha mostrado su más
tierno corazón. Está dispuesta a acoger a 500.000 refugiados (quinientos mil, escrito
con letra me parecen más aún, porque los números se leen a golpe de vista).
Puro teatro e interés a beneficio propio.
De pronto, la cifra ha servido para olvidar que,
durante años, la política económica perpetrada por la “frau” (y sus
monaguillos, claro) nos ha tenido –nos tiene- de rodillas a los habitantes del
Sur de Europa; olvidar que a los griegos les han quitado el pan y la asistencia
sanitaria (sí, ya sé de sus propios errores); olvidar que los españoles hemos
pagado y aún estamos pagando los abultados beneficios que acumulan los bancos,
después de rescatarlos… de manos de la “frau”; olvidar que se han eliminado derechos
humanos universales de los pueblos (imposición del gobierno de Monti en Italia)…,
para someterlos al ordoliberalismo, es decir, al dominio de las finanzas sobre
la vida de las personas, sobre su trabajo. ¿Olvidar?
Márquetin, sólo para engañabobos. Entre ellos,
bastantes españoles, comenzando por algunos medios de comunicación. Aunque estos
no son tan necios, son simples engañabobos, a su vez.
Y negocio limpio. Ahora, un golpe de magia,
¡alehop! Y la “frau” se saca de la chistera un plan de acogida. ¡Ah, y yo la
primera, la más! Nada de 17.000 como Rajoy el sumiso: quinientos mil. Nos van a
venir de perlas con dos objetivos. Estos hombres y mujeres, y hasta estos
niños, que tienen un buen nivel de formación (no como esos negros de Eritrea),
nos pagarán nuestras futuras pensiones, las de nuestros hijos y las de los
hijos de nuestros hijos. Y con su inexistente capacidad de negociación (“frau”,
le estamos muy agradecidos, lo que usted diga) contribuirán a bajar la capacidad
de negociación de los trabajadores alemanes y de todos los europeos, en
cascada.