En primer lugar, el reto demográfico.
Según los análisis e informes elaborados por el Instituto Nacional de
Estadística (INE, “Notas de prensa”, Proyecciones
de población, actualización del 4 de diciembre de 2012)), en el período
2010-2050, España
perdería 9,9 millones de personas de edades comprendidas entre 16 a 64 años (un
32%) y casi dos millones en el grupo de población de 0 a 15 años (un 26%). En
la franja de edad comprendida entre los 15 y los 24 años, la reducción
poblacional sería de un 27%).
En segundo lugar, la financiación.
La moda de los recortes presupuestarios afecta de manera muy especial
al ámbito educativo-formativo. Por otro lado, las tasas por matriculación en
ciclos formativos han empezado a florecer en diferentes comunidades autónomas,
sin que ello comporte una mejora de las inversiones en el sistema (infraestructuras,
profesorado y su formación, recursos materiales…). Bien es cierto que la
memoria económica de la LOMCE prevé una mínima inversión en FP…, la devaluada,
denominada FP básica.
La falta de personal cualificado es el tercer reto.
Aunque el bajo porcentaje de estudiantes de formación profesional se
está corrigiendo, seguimos con una pirámide educativa deformada (el conocido
reloj de arena): del grupo de edades comprendido entre los 25 y 29 años, el 33,1% posee niveles formativos
bajos, el 26,7%, niveles intermedios y el 40,3%, niveles altos. Estos datos hacen
buena la afirmación empresarial de que la formación profesional no está
adecuada en número ni en preparación a las necesidades de las empresas (digo que
“hacen buena”, porque, por larga experiencia, sé que, en general, el
empresariado ni sabe lo que quiere ni reconoce lo que dice querer). No
obstante, es cierta la necesidad de personas con grado medio y superior de
formación profesional adecuadamente cualificadas (saberes y competencias técnicas
y tecnológicas, lógicamente, además de comunicacionales, lingüísticas,
interculturales).
Conseguir la integración
de sistemas es el cuarto reto.
Entre FP de un nivel y
otro, FP y bachillerato, reconocimiento de la experiencia laboral y FP, FP y
universidad, formación de personas adultas y FP…, pasarelas, pasarelas,
pasarelas, con la finalidad de construir itinerarios y carreras profesionales.
Para facilitar la transición entre las partes del sistema será imprescindible
dotarse de un sólido sistema de orientación y mentorización que ayude a las personas a clarificar sus intereses y
conectarlos con sus capacidades. El objetivo principal ha de ser responder a
las necesidades personales y favorecer la empleabilidad.
El quinto reto es consolidar las bases científicas y técnicas de la FP.
Se trata de un reto no planteado ni afrontado, históricamente. Los
cambios vertiginosos en la economía, la mundialización, el desarrollo
tecnológico, el mercado de trabajo, los sistemas de producción, obligan a la FP
a consolidar (cuando no, reconstruir) sus bases científicas y técnicas. Solo
así será posible modificar sus contenidos formativos, las metodologías pedagógicas,
la formación del profesorado, así como adecuar los recursos didácticos y eliminar
especialidades obsoletas y establecer nuevas que son necesarias.